jueves, 13 de junio de 2013

Cómo reflotar un proyecto en quiebra con un palacio de congresos



ABC 06/06/2013

Son muchos los años que el Ayuntamiento de Segovia viene reclamando a la Junta de Castilla y León la construcción de un palacio de congresos para la ciudad. La negativa de la Junta alegando falta de fondos ha sido constante. Recordemos que todas las capitales de la comunidad autónoma cuentan con uno.


En plena época de austeridad, y de manera totalmente súbita, se anuncia a bombo y platillo la construcción inminente de la tan ansiada infraestructura por parte de la Diputación de Segovia y con la financiación de la Junta. El proyecto se asentará en el club de golf La Faisanera, en la ruinosa urbanización Segovia 21, aprovechando las desproporcionadas y aún no finalizadas obras de la casa club.

Estado actual de las obras de la (desproporcionada) casa club de
La Faisanera Golf, que se pretende reconvertir en palacio de congresos.
Fuente: El Norte de Castilla

Llegados a este punto cabe señalar que la ubicación elegida se encuentra a unos 7 kms del centro de Segovia y a poco más de 3 kms de La Granja de San Ildefonso, donde ya existe un palacio de congresos; su construcción, por tanto, enterraría por completo la posibilidad de que la capital segoviana pudiera albergar algún día este tipo de infraestructura, con la consiguiente pérdida de riqueza que se le presupone a una equipación de tal magnitud.


Volviendo a Segovia 21, ni que decir tiene que ya se ha convertido en el mayor despropósito urbanístico de nuestra ciudad en los últimos años. 


Este complejo, contemplaba la construcción de una urbanización y hotel de lujo, un campo de golf y un vivero empresarial. Asentado en una finca de utilidad pública a los pies de la sierra, contaba con una valiosa vegetación y la única población de olmo blanco (ulmus laevis) de la vertiente norte de esta sierra.


Diagonal: Segovia 21: la huella castellana de la Gürtel

La descatalogación de utilidad pública de la totalidad del monte fue aprobada por la Junta en 2004.
El siguiente paso fue adquirir la finca.
La Diputación puso los terrenos y Caja Segovia y la Cámara de  Comercio pusieron el dinero como socios del proyecto; siendo presidente, tanto de la Caja como de la Cámara, Atilano Soto Rábanos que, por si fuera poco, fue también nombrado presidente de Segovia 21.


Recordemos que el bueno de Atilano fue también presidente de la Diputación de Segovia durante el periodo 1991-2003, es decir, presidía las tres instituciones impulsoras del proyecto cuando Segovia 21 S.A. fue constituída en 2002. Todo queda en casa.


El estado actual de las instalaciones es bien conocido por todos: un hotel (de lujo) en obras paralizado desde 2011, un vivero empresarial sin empresas, una urbanización que nunca llegó a despegar y un campo de golf que a duras penas mantiene abiertas sus puertas. En definitiva, un proyecto privado ruinoso y una inversión a fondo pérdido.


La historia se vuelve aún más truculenta al indagar un poco más y descubir las relaciones de las empresas de Jesús Merino en el proyecto y su implicación en la Trama Gurtel; la adjudicación de las obras al Grupo Begar, empresa propiedad del leonés José luís Ulibarri, también implicado en la Gurtel o, sin ir más lejos, los escándalos que han rodeado a Atilano Soto y a la disolución de Caja Segovia en los últimos meses.

El dispendio de Caja Segovia ya fue recogido en portada por la revista Interviú,
que esta misma semana dedica otro reportaje a "El saqueo de Caja Segovia"
frente el mutismo de los medios locales


En una época en la que la Junta de Castilla y León está cerrando urgencias nocturnas y/o aplazando otros proyectos de mayor y evidente necesidad para sus ciudadanos, resulta cuanto menos sorprendente que de la noche a la mañana se ofrezca a financiar con hasta 20 millones de euros de dinero público (ya serán muchos más si el proyecto llega a “buen puerto”) la construcción de un palacio de congresos en una urbanización privada (de evidente interés privado).

Teniendo en cuenta que la Diputación lleva ya varios años sin saber que hacer con esta ruina llamada Segovia 21, yo personalmente empiezo a ver muy claro todo el asunto.


Un nuevo ladrillazo en plena crisis provocada por el ladrillo. Un rescate de la Junta a un proyecto que la diputación se está comiendo con patatas. Una infraestructura de la que, en los tiempos que corren, ni siquiera está garantizada su viabilidad, sobre todo si tenemos en cuenta el presunto lastre que está suponiendo para otras ciudades de nuestro entorno


“Cuando se quiere, se puede” ha dicho Francisco Vázquez (Actual presidente de la Diputación) en la presentación del proyecto. Me hierve la sangre.
Suscribo sus palabras y espero que, por una vez, se deje opinar al pueblo en el referéndum convocado para finales de mes.