lunes, 14 de mayo de 2012

Heinz Ketchup


El otro día, cuando me disponía a ver un video en Youtube, el ya habitual prólogo publicitario me sorprendió con la nueva campaña de uno de mis productos predilectos: el Ketchup Heinz.



La campaña está centrada en mostrar a las madres las maravillas que el ketchup puede hacer en la, a veces, desesperante tarea de hacer comer a sus hijos. Lo cierto es que, al menos en España, tengo la sensación de que es un producto rodeado de exageradas leyendas urbanas.
Sin ir más lejos, en mi casa, desde siempre, el ketchup ha sido un producto vetado por mi madre bajo el argumento de ser “una guarrería”.


Por esta razón, además de dejar bien claro en la campaña de que se trata de un producto “100% natural”, en la página web de Heinz han dedicado todo un apartado a desmontar falsos mitos sobre el ketchup, destacando su bajo aporte calórico y su variedad de usos.

El caso es que a pesar de ser uno de los pocos que no contiene conservantes ni colorantes, los tomates utilizados para producir el ketchup proceden de semillas diseñadas a la carta por Heinz; algo que la compañía no oculta, pero tampoco muestra de forma abierta. No es de extrañar que desde hace unos meses, Heinz comercialice la variedad organica de este producto



Yo tengo mis reticencias frente a los productos transgénicos, y Heinz, al igual que otras grandes de la alimentación como Nestlé o Unilever, han sido acusadas en no pocas ocasiones de promover y utilizar materias primas transgénicas en la elaboración de sus productos. La legislación de cada país es aún confusa y ambigua al respecto y la globalización y el libre intercambio de mercancías tampoco ayudan a la hora de ofrecer información veráz al consumidor. Por el momento, aquí van un par de videos sobre el proceso de elaboración de tan simbólico producto.





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